Purmamarca, Tilcara e Iruya (1-7Oct2010)

Llegada por la noche a Purmamarca. Encuentro alojamiento detrás de un barecito donde me dejan una habitación por 10USD. Como mi estofado de llama y a dormir. Al día siguiente madrugón para dar una vuelta por los cerros y conocer el cerro de los siete colores.

Y... sorpresa! El cerro de los siete colores se ve desde el centro del pueblo. Los siete colores vienen por los diferentes tipos de óxido que forman la montaña.

Salgo a dar una vuelta por ese desierto andino. Vuelvo al centro desayuno, veo las artesanías que venden los indígenas y listo! Poco más que hacer en Purmamarca. Agarro un bus y me voy hacia Tilcara.



Tilcara es un buen campamento base para conocer las ruinas de Pulcará, la Garganta del Diablo e Iruya.

Primero me doy una pateada por la montaña de 2.5h hasta llegar a la Garganta del Diablo. Llego muerto, entre la altura, el calor y el viento andino que levanta el polvo y te araña la cara. La garganta es una especie de cañón con una cascada del río Huasamayo. Allí me quedo un ratito viendo esa garganta y me dirijo de vuelta hacia las ruinas de Pucará.

Las ruinas son de un poblado construido hace unos 900 años por los Tilcaras que formaban una fortaleza. Las ruinas están bien pero no me mataron.



De vuelta a Tilcara a dormir y el día siguiente viaje a un pueblito andino casi tocando la frontera de Bolivia. Este pueble se llama Iruya. La idea de ir hasta allá fue por un amigo que trabajaba conmigo en Córdoba, Argentina, Ignacio. Ese pueblo hace un año no llegaba ni la luz y es totalmente indígena. Así que me monté en bus. Un viaje de 4 horas por los andes. Todo montañas y curvas y más curvas. El viaje es curioso de hacer por sus paisajes extraños.

La llegada es sorprendente, la parada de bus está en medio de un cañón. Justamente es día era el día de mercado y había muchos puestecitos con sus toldos azules y mucha gente vendiendo y comprando.

El pueblo de Iruya se encuentra arriba del cañon. Está formado sólo por 20 calles. La gente toda es indígena y todos van vestidos de forma tradicional. La inclinación de las calles es sorprendente, me rio de las calles de San Francisco. Es una vida muy dura allí. El calor junto con el viento frío que sopla a 3000m. Allí pasé unas 4h caminando y viendo la vida del pueblo. Uno de los pueblos más remotos que he visto en mi vida



Luego de vuelta en el bus camino a Tilcara.

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